viernes, 21 de enero de 2011

Marxismo.

El marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario alemán, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchos de sus avances en sus teorías.
Para distinguir la doctrina inicial de las corrientes derivadas, al marxismo propuesto por Marx y Engels se ha denominado históricamente como socialismo científico.

Capitalismo.

El capitalismo es el sistema económico fundado en el capital como relación social básica de producción. En el capitalismo los individuos privados y las empresas, empleando trabajadores asalariados, llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios, con el propósito de producir y acumular ganancias u otro beneficio de interés propio.
También se denomina capitalismo o sociedad capitalista a todo el orden social, político y jurídico originado en la civilización occidental y basado en aquel sistema económico. El orden capitalista se distingue de los anteriores por su movilidad social y por la regulación formal de las relaciones sociales mediante el contrato libre.
Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva social e ideológica desde la cual se lo analice.

Anarquista.

El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno, y por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.[1] [2] Sébastien Faure, filósofo anarquista francés, dijo: «Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública. Históricamente hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Proudhon, «sin amo ni soberano».[3]
No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y comunistas;[4] también es común señalar las cuatro corrientes más importantes, el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.[5]
Con movimientos precursores desde la antigüedad, el punto de partida del debate doctrinal sobre un pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del siglo XVIII, en la obra de William Godwin,[6] aunque el anarquismo se desarrolla en el siglo XIX a través de distintas corrientes, dándose algunas de las experiencias libertarias más significativas a lo largo del siglo XX.[7] Tras el declive del anarquismo como movimiento social en la década de 1940, las ideas anarquistas han sido recuperadas y reelaboradas por estudiosos y pensadores, y han estado continuamente insertadas en multitud de doctrinas y movimientos contemporáneos, especialmente tras su emergencia en el contexto de los movimientos estudiantiles y antiautoritarios de la década de 1960.[8

jueves, 13 de enero de 2011

anarquismo

El anarquismo es una filosofía política y social que llama a la oposición y abolición del Estado entendido como gobierno, y por extensión, de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, por considerarlas indeseables, innecesarias y nocivas.[1] [2] Sébastien Faure, filósofo anarquista francés, dijo: «Cualquiera que niegue la autoridad y luche contra ella es un anarquista». Bajo una formulación tan simple, pocas doctrinas o movimientos han manifestado una tan gran variedad de aproximaciones y acciones, que no siempre fueron bien entendidos por la opinión pública. Históricamente hablando, el anarquismo se centra en general en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una futura sociedad, en palabras de Proudhon, «sin amo ni soberano».[3]
No existe acuerdo académico en cuanto a una taxonomía de las corrientes anarquistas; algunos hacen una distinción entre dos líneas básicas de pensamiento, individualistas y comunistas;[4] también es común señalar las cuatro corrientes más importantes, el anarquismo individualista, mutualismo, anarquismo comunista y anarcosindicalismo, y según algunas fuentes, también el colectivismo.[5]
Con movimientos precursores desde la antigüedad, el punto de partida del debate doctrinal sobre un pensamiento anarquista moderno se remonta a finales del siglo XVIII, en la obra de William Godwin,[6] aunque el anarquismo se desarrolla en el siglo XIX a través de distintas corrientes, dándose algunas de las experiencias libertarias más significativas a lo largo del siglo XX.[7] Tras el declive del anarquismo como movimiento social en la década de 1940, las ideas anarquistas han sido recuperadas y reelaboradas por estudiosos y pensadores, y han estado continuamente insertadas en multitud de doctrinas y movimientos contemporáneos, especialmente tras su emergencia en el contexto de los movimientos estudiantiles y antiautoritarios de la década de 1960.[8

el luddismo

El ludismo (luddism en inglés) fue un movimiento obrero que adquirió auge en Inglaterra a partir del odio incondicional hacia las máquinas, y cuyas acciones se basaban en la revuelta espontánea y desorganizada, atacando con frecuencia a los instrumentos de producción. Sus seguidores se llamaban ludistas o luditas (luddites en inglés), nombre que tomaron del semilegendario líder del movimiento, Ned Ludd,que fue el primero en romper un telar como protesta.

Pintores impresinistas.

monet

foto de pablo iglesias

revolucion industrial en España

La Revolución Industrial fue un periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, en el que Inglaterra en primer lugar, y el resto de Europa continental después, sufren el mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas, tecnológicas y culturales de la Historia de la humanidad, desde el Neolítico.
La economía basada en el trabajo manual fue reemplazada por otra dominada por la industria y la manufactura. La Revolución comenzó con la mecanización de las industrias textiles y el desarrollo de los procesos del hierro. La expansión del comercio fue favorecida por la mejora de las rutas de transportes y posteriormente por el nacimiento del ferrocarril. Las innovaciones tecnológicas más importantes fueron la máquina de vapor y la denominada Spinning Jenny, una potente máquina relacionada con la industria textil. Estas nuevas máquinas favorecieron enormes incrementos en la capacidad de producción. La producción y desarrollo de nuevos modelos de maquinaria en las dos primeras décadas del siglo XIX facilitó la manufactura en otras industrias e incrementó también su producción.
Así es que en la revolución industrial se aumenta la cantidad de productos y se disminuye el tiempo en el que estos se realizan, dando paso a la producción en serie, ya que se simplifican tareas complejas en varias operaciones simples que pueda realizar cualquier obrero sin necesidad de que sea mano de obra cualificada, y de este modo bajar costos en producción y elevar la cantidad de unidades producidas bajo el mismo costo fijo.


foto del barco de vapor

el sector metalurgico

Para las primeras civilizaciones la belleza poseía un carácter sagrado, reflejaba la presencia de las deidades en la tierra. Creían que la materia y, sobretodo los minerales, habían sido creados por una inteligencia superior, por una entidad divina. Hacia el año 4000 a.c., ya se extraían la plata y el plomo, y mil años después, se lograba conseguir bronce fundiendo minerales de estaño. Asombrados por la naturaleza, los hombres buscaban el oro en el lecho de los ríos, en la arena de los torrentes, o bien, después de la lluvia, en las laderas de las montañas, brillando ante el sol como tesoros. Los herreros de la antigüedad trabajaron con temperaturas sumamente elevadas, al licuar los metales, podían vertirlos en moldes. En nuestros días es posible contemplar piezas de fabricación egipcia, o extraordinarias obras de artesanía en metal hechas en la India o en China. 

el telar de vapor foto

Prolietariado

El proletariado (del latín proles, linaje o descendencia) es un término utilizado para designar a la clase social más baja de la época de la edad moderna que, en el modo de producción capitalista, se ve obligada a vender su fuerza de trabajo a la burguesía por carecer de los medios de producción. Un miembro de tal clase es llamado un proletario.
En la Roma imperial, los proletarii eran los ciudadanos de la clase más baja, que no tenían propiedades y cuya única utilidad para el Estado era generar proles (hijos) para engrosar los ejércitos del imperio. El término se utilizó inicialmente en un sentido despectivo, hasta que Karl Marx lo utilizó en un sentido positivo para identificar lo que él llamó la clase obrera, diferenciando proletariado y lumpenproletariado y colocándole como un grupo antagónico a la clase burguesa.